El 27 de abril de este año, el Poder Ejecutivo que lidera el presidente Luis Abinader promulgó la ley 6-22, la cual consiste en el establecimiento de tasa cero o cero impuestos para las importaciones de 67 rubros de la canasta básica familiar. Hablamos de alimentos de uso diario o casi diario.
La ley no estuvo mal diseñada, sin embargo, su desacierto radicó en el poder que en este actual gobierno, el señor presidente le ha conferido a Hipólito Mejía y su grupo, quienes manejan de forma cuasi totalitaria la alimentación en la República Dominicana. Por un lado, a través del Ministro de Agricultura Limber Cruz, quien no es más que un cuadro que recibe órdenes de Hipólito para salvaguardar las inversiones de los grandes inversionistas en la agricultura y a los que no les interesa para nada que los dominicanos reciban alimentos a bajos precios y mucho menos les interesan los programas de estabilización de precios de Inespre.
Por otro lado, Hipólito es una persona que está estrechamente vinculado a nivel comercial con Danilo Medina, son ellos los que manejan los hilos de la alimentación en el país amparados en la agricultura y en las importaciones a través de las grandes cadenas de supermercados.
Por supuesto, a ellos no les conviene que bajen los precios, pues es precisamente la escasez, el alza de los precios y los costos los que benefician a estos oligarcas que tienen secuestrada la agricultura y las importaciones en suelo dominicano.
Ahora resulta que el mandatario Abinader ha informado que ya no va a prorrogar la ley 6-22 porque según afirma, esta ya cumplió su cometido. La ley buscaba bajar los precios y con ello la inflación, sin embargo, la inflación persiste en el país e incluso cada día aumenta más.
No es cierto que hayan bajado los precios de los rubros agrícolas, gran parte de ellos incluidos dentro de ese grupo de 67 impactados por la ley que ahora parece que no se necesita.
El gobernante dominicano nuevamente le ha mentido y le ha fallado al país, como tantas otras iniciativas del Jefe de Estado que han quedado solo en discursos y en las primeras planas de los periódicos.
